La cardioprotección es el conjunto de medidas a tomar para que un lugar sea confiable, seguro y eficaz ante la posibilidad de que suceda una muerte súbita.
Ante un paro cardiaco repentino los 5 primeros minutos son un factor crítico. Un lugar cardioprotegido significa tener acceso a un DEA en un máximo de 3 minutos. Cuanto antes se realice la desfibrilación, mayores posibilidades de supervivencia tendrá la víctima; por eso es tan importante tener un desfibrilador para emplearlo mientras llegan los servicios médicos de urgencias.
Cualquier lugar puede implementar la cardioprotección, solo es necesario el interés por tener disponible un plan que permita responder a tiempo en caso de un paro cardiaco repentino. No importa el tamaño de la organización, lo importante es tener el interés de implementar un programa preventivo que pueda salvar vidas.