Identificadas nuevas mutaciones relacionadas con la miocardiopatía hipertrófica.
El responsable del hallazgo es un equipo coordinado desde la Universidad de Oviedo.
Detrás de muchos casos de muerte súbita está la miocardiopatía hipertrófica, un trastorno que provoca el engrosamiento del músculo del corazón y, por tanto, puede alterar el correcto bombeo de la sangre. En los últimos años, se habían identificado las mutaciones genéticas responsables de hasta el 60% de los casos, pero seguía existiendo un grupo de pacientes para los que no había un ‘culpable’ señalado en su ADN.
Esta semana, un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo ha revelado al menos parte de esa incógnita. En las páginas de la revista Nature Communications, estos científicos coordinados por Carlos López-Otín y Xose S. Puente, del Instituto de Oncología de la Universidad de Oviedo, detallan una relación hasta ahora desconocida de varias mutaciones en el gen FLNC con el trastorno. De hecho, su trabajo ha permitido definir una nueva forma hereditaria de la enfermedad.
Para la identificación de las alteraciones genéticas han sido clave las técnicas de análisis genómico desarrolladas en el laboratorio del citado Instituto de Oncología como parte el proyecto de desciframiento de los genomas del cáncer, subrayan los investigadores, que también han contado con la colaboración de varios profesionales del Hospital Universitario Central de Asturias.
El descubrimiento tiene importantes implicaciones clínicas ya que «va a permitir desarrollar métodos de diagnóstico precoz, hacer un seguimiento clínico continuo en los portadores de las mutaciones y, si fuese necesario, implantarles un desfibrilador evitando de esta manera el proceso que desencadena la muerte súbita», explican a través del correo electrónico López Otín y Ana Gutiérrez, otra de las principales firmantes del trabajo.
La investigación partió del caso de una mujer de 53 años que llevaba más de 30 viviendo con la enfermedad (gracias, entre otras terapias, a que le implantaron un desfibrilador semiautomático en el corazón) y en cuya familia se habían dado varios casos de muerte súbita. El análisis de su ADN demostró que en su genoma no había ninguna de las mutaciones que previamente se habían relacionado con la miocardiopatía hipertrófica, por lo que era una candidata perfecta para la identificación de nuevas variantes.
La secuenciación del exoma (las partes codificantes del genoma) permitió a los investigadores asturianos dar con una mutación ‘sospechosa’ en FLNC, un gen que codifica una proteína denominada filamina C e implicada en la diferenciación de los miocitos y la función muscular, por lo que analizaron a nueve miembros de su familia para corroborar su papel. El análisis demostró la existencia de una relación directa con la miocardiopatía hipertrófica.
Los investigadores avanzaron un paso más y estudiaron a fondo dicho gen en otras 92 personas con la cardiopatía -y que tampoco presentaban las variantes genéticas conocidas relacionadas con la enfermedad- tratando de dilucidar el papel de FLNC. Ese estudio «permitió encontrar un total de ocho familias portadoras de distintas mutaciones en FLNC, todas ellas asociadas al desarrollo de la enfermedad», explican los investigadores.
Aunque todavía es difícil de estimar, las nuevas mutaciones identificadas «pueden llegar a representar el 10% de los casos de esta cardiopatía no causados por genes conocidos hasta el momento», añaden.
Previamente, ya se había relacionado a FLNC con otros trastornos del miocardio, por lo que en la revista científica los investigadores especulan que las mutaciones en este gen «pueden generar un espectro de trastornos del músculo» que provocan distintas anormalidades, con mayor o menor impacto en la vida del paciente.
Tras descubrir estas mutaciones, el equipo realizó un análisis funcional de dichas mutaciones para definir el mecanismo molecular por el que las mutaciones encontradas provocan la miocardiopatía, lo que ha permitido demostrar que las alteraciones genéticas causan la formación de agregados proteicos en el músculo cardiaco que se acumulan impidiendo el correcto funcionamiento del corazón.
En las conclusiones de su trabajo, los investigadores reconocen que el tamaño relativamente pequeño de la muestra analizada constituye una limitación, por lo que reclaman más estudios al respecto que ratifiquen sus hallazgos y definan el rol preciso que cumple FLNC en la miocardiopatía hipertrófica.
De momento, los científicos asturianos ya están «ampliando el estudio con más pacientes, secuenciando el genoma en unmayor número de familias para identificar a los posiles portadores de mutaciones en FLNC y tratar de descubrir nuevos genes implicados en esta patología».
Fuente: http://www.elmundo.es/