Pero si un bebé tiene fiebre cuando el primer diente empieza a salir por la encía, lo más probable es que indique la presencia de una enfermedad, apuntan unos médicos.
La dentición puede hacer que los bebés se sientan mal, pero rara vez provoca una fiebre por encima de los 38 grados Celsius, ni ninguna otra señal de enfermedad, según una nueva revisión. El análisis, publicado en línea el 18 de febrero en la revista Pediatrics, halló que lo más frecuente es que la dentición simplemente haga que los bebés estén un poco más enojados, que babeen más y que se froten las encías irritadas. Y aunque algunos bebés sufren un ligero aumento en la temperatura, la dentición normalmente no provoca una fiebre propiamente dicha, ni ningún otro signo de enfermedad, según los investigadores dirigidos por la Dra. Michele Bolan, de la Universidad Federal de Santa Catarina, en Brasil.
Es muy habitual que los padres estén confundidos con respecto a si ciertos síntomas están relacionados con la dentición o con la enfermedad de un bebé, dijo la Dra. Minu George, jefa interina de pediatría general en el Centro Médico Pediátrico Cohen, en New Hyde Park, Nueva York. “Me hacen preguntas sobre esto cada día”, dijo George, que no participó en el estudio. Si la temperatura de un bebé sube hasta los 38ºC o más, dijo George, entonces es una fiebre, y no solamente un aumento ligero de la temperatura por la dentición. “La fiebre no es algo malo”, señaló. “Es una parte de la respuesta del cuerpo a la infección”. Pero, añadió George, los padres deberían ser conscientes de que una fiebre probablemente esté relacionada con una enfermedad y no con la dentición.
La Dra. Rosie Roldán, directora del programa dental del Hospital Pediátrico Nicklaus, en Miami, se mostró de acuerdo en que los padres con frecuencia se equivocan al atribuir la fiebre u otros síntomas a la dentición. “Pero en la edad en que los dientes están saliendo, los bebés también están siendo bombardeados por infecciones”, comentó Roldán. “Y no debemos perder de vista ese panorama general”. Además de la fiebre, dijo Roldán, otros síntomas que no se deberían atribuir a la dentición son: las llagas o las ampollas que aparezcan alrededor de la boca, la pérdida de apetito y la diarrea que no desaparece rápidamente. Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas se ha de llamar al pediatra. Y para ayudar a los bebés a soportar el dolor de la dentición, George aconsejó que no se usen medicamentos, incluyendo los geles tópicos y productos etiquetados como “naturales” u “homeopáticos”. En lugar de eso, dijo, los bebés puede aliviarse masticando un mordedor frío o un paño húmedo, o comiendo alimentos fríos.
Fuente: www.avancesensalud.com