Resbalones en la ducha o tropezones con juguetes tirados en el piso son parte de los riesgos que acechan en la casa. Sepa cómo prevenirlos.
A diario ocurren accidentes caseros que pudieron haberse evitado. Algunos son sólo percances, pero otros tienen consecuencias fatales, como el ocurrido en marzo en un edificio de San Miguel cuando una menor cayó desde una ventana del piso 13 mientras jugaba en su dormitorio. Ventanales sin protección, productos químicos tóxicos envasados en botellas de bebida, cuchillos a la vista o enchufes en mal estado son algunos de los potenciales peligros que acechan en la casa.
Según Aldo Contreras, autor del texto Para Vivir Mejor y director del sitio web www.paritarios.cl, dedicados a la prevención de riesgos, en Chile mueren unos dos mil niños al año a causa de diversos accidentes en el hogar. Una cifra aún mayor queda con secuelas y profundos daños psicológicos.
Lo lamentable, afirma, es que estos accidentes se podrían haber evitado si los adultos responsables (padres, nanas, tíos o abuelitos) hubieran sabido corregir los peligros, además de enseñar a los niños a ser capaces de reconocer por sí mismos muchos de estos riesgos.
En general los chilenos reaccionamos después que ocurren los hechos y ya no hay nada que hacer. En ese momento arreglamos el enchufe, sacamos el cálifont del baño, instalamos un cubrepiso o guardamos el cuchillo, pero deberíamos haber actuado antes para evitar esas consecuencias, agrega.
La idea es aprender a identificar, evaluar, corregir y controlar el riesgo. No existen los accidentes ocurridos por mala suerte, azar o destino, enfatiza, pues todos tienen una causa reconocible.
Recomendaciones
Por eso, Contreras recomienda algunas medidas que apuntan a una cultura preventiva y que están detalladas en la obra Para Vivir Mejor, el Gran Libro de la Familia (www.paravivirmejor.cl)
Instalaciones de gas: deben ser realizadas por personal especializado e inspeccionadas en forma periódica. En caso de desperfecto hay que cortar el suministro e informar a la empresa proveedora. Si se deja la vivienda sola, es mejor cortar el suministro general. En la cocina, hay que mantener limpios los quemadores y no llenar demasiado los recipientes al hervir líquidos que pueden rebasarse y apagar la llama.
Electricidad: hay que cerciorarse de que todas las instalaciones, cables y enchufes estén en buen estado. No manipularlos con las manos mojadas y verificar que no queden presionados por muebles, camas o sillones. Los enchufes no deben recargarse y no hay que dejar vasos que contengan líquidos sobre artefactos eléctricos. Al limpiarlos, tienen que ser desconectados previamente y utilizar paños secos. En el baño o piscina no hay que utilizar estufas, radios u otros aparatos eléctricos, como secadores de pelo. Para proteger a los pequeños, es mejor colocar tapones de seguridad en los enchufes.
Fuego: en la cocina nunca se deben dejar materiales combustibles cercanos a los quemadores encendidos, ni paños de cocina, delantales o cajas de fósforos. Las estufas deben estar lejos de cortinas o prendas de ropa que se pudieran inflamar.
Resbalones y caídas: Para evitarlos, todas las superficies de tránsito y lugares de acceso deben permanecer libres de obstáculos; iluminar el lugar donde se ingresa; no transitar en la oscuridad ni descalzo; mantener el piso limpio y seco; utilizar pasamanos en las escaleras e instalar superficies antideslizantes; pegar las alfombras levantadas y no permitir que los niños jueguen en ellas. En la ducha, se sugiere instalar una goma para evitar resbalones y una agarradera para afirmarse. Si se van a realizar trabajos de altura, hay que utilizar escaleras seguras y resistentes. En el caso de departamentos, jamás colocar las camas cerca de las ventanas y, si hay niños pequeños, hay que instalar mallas o rejas de protección.
Almacenamiento: Los medicamentos siempre deben guardarse lejos de los niños, en un mismo lugar. Sustancias peligrosas inflamables o insecticidas jamás deben ser trasvasijados a envases de vidrio ni ser almacenados cerca de la cocina o baño, sino en lugares bien ventilados y bajo llave, en sus envases originales, para evitar confusiones.
Objetos cortopunzantes: Si al manipular objetos de vidrio éstos se quiebran, hay que retirar con cuidado los trozos más grandes y envolverlos con cartones, utilizando guantes. Barrer bien el sector y pasar la aspiradora. Los ventanales utilizados como lugar de tránsito, deben llevar una huincha de color llamativo que permita identificar a distancia si están abiertos o cerrados. Los cuchillos y tijeras deben guardarse en sitios seguros, lejos de los niños. Si los hay, se debe dejar lejos de su alcance botones, alfileres, monedas o cualquier otro objeto que se puedan echar a la boca o nariz. Nunca hay que dejar cosas pesadas en repisas, desde donde pudieran caerse y tampoco paquetes atractivos para los niños, pues al querer alcanzarlos, podrían treparse y después caer.
Accidentes más frecuentes
Los tipos de accidentes más frecuentes en el hogar son:
Caídas principalmente en el baño y escaleras.
Golpes contra hojas de ventana y puertas abiertas.
Heridas producto de objetos cortantes y punzantes.
Intoxicaciones por alimentos en mal estado o ingestión equivocada de medicamentos.
Asfixias por ausencia de oxígeno en el ambiente o por inmersión.
Quemaduras por volcamiento de objetos con líquidos calientes o fuego.
Introducción de cuerpos extraños al organismo como bolitas, semillas y otros, en oídos y nariz.
Shock eléctrico por instalaciones en mal estado, trabajo sobre pisos húmedos y similares.
Incendio por inflamación de la caja de fósforos o el paño de cocina.
Fuente: www.paritarios.cl