Pensar en que falta un año para volver a dormir hasta tarde, verse de nuevo con sus seres queridos, ver televisión hasta las dos de la madrugada, ir a broncearse a alguna playa, o lo que usted acostumbre a hacer en vacaciones, suele volverse en una pesadilla, incluso en depresión para muchos.
Seguramente también es de los que se dice: este año sí, este año haré esto, cumpliré esto… en fin, esas metas que suelen quedar en el aire y se convierten en frustraciones. Es por eso que traemos este informe, no espere consejos de autoayuda, más bien jalones de oreja para que no se quede dormido en los laureles otro año más.
Fredy Romero Guzmán, director de Ele-mental Centro Psicoterapias y subdirector nacional del Campo de Psicología Clínica del Colpsic (Colegio Colombiano de Psicólogos), explica que estos traumatismos post fin de año se deben a que “existe la depresión estacional, la cual generalmente existe en países nórdicos, pero adaptándose a nuestra cultura sucede más en las temporadas decembrinas porque deja muchos sentimientos encontrados, desde alta emotividad o bajos niveles de emoción, dependiendo de los sucesos que hayan tenido”. Otros de los factores son la espera laboral por la contratación y la incertidumbre que esto produce, así como las pérdidas de algún ser querido, pues tiende a afectar más para estas fechas.
Las recomendaciones que ofrece Romero ante estas situaciones “son la activación conductual y la inversión en el capital social (redes sociales), actividades que al sujeto le gusten, sea hacer un deporte, escribir un libro, ir a teatro, algo que mantenga su mente en movimiento”.
Por otro lado, explica que resulta positivo la comunicación con amigos y familiares, que un momento se dejaron por un trabajo, o equis pareja. Pero no son solo los adultos los que abren con preocupaciones el nuevo año, pues hay un mundo más aterrador por el que todos hemos pasado: el primer día de colegio.
“Con los niños a conversar, nada de regaños porque no quieren volver al colegio, a ninguno nos gustó que nos llevarán por primera vez, porque generalmente el ser humano le teme a lo nuevo. Siéntense a la misma altura de la mirada del niño y en diálogo logren establecer qué es lo que siente”, añade Fredy Romero.
Y, si es de los niños que ya pasó por ese primer año escolar, pero teme volver, también establezca conversación pues hay que evaluar otras posibles causas, una de ellas, que sufra bullying.
Por último, antes de culpar el nuevo año de su mala suerte: “Las personas deben evaluar por qué siempre les pasan las mismas cosas, seguro se debe a su manera de operar y quejarse frente al mundo y nunca solucionar problemas para tomar una decisión asertiva frente a las cosas”, concluye Romero.
Fuente: www.elcolombiano.com