Con el comienzo de la temporada escolar, muchos padres se enfrentan a un gran dilema con sus hijos: ¿Qué les empaco en la lonchera? ¿Y si no les gusta y pasan hambre? ¿Cómo lograr que les guste y sea saludable a la vez? ¿O les doy plata para el recreo?
“Es importante precisar que la lonchera o refrigerio escolar es un tiempo de comida, cuya función es contribuir al aporte de nutrientes de calidad en la alimentación del niño y que no puede reemplazar el desayuno, el almuerzo o la cena”, aseguró Fabiola Becerra Bulla, nutricionista-dietista especialista en Nutrición Clínica y actual directora del programa de Nutrición y Dieta Humana de la Universidad Nacional.
Expertos y organizaciones internacionales coinciden en que las inadecuadas prácticas de alimentación, además de comprometer la salud y la vida de los niños, tienen graves consecuencias en su crecimiento y desarrollo y determinan, en gran medida, la salud en la vida adulta y su productividad.
Según el estudio Monitor Kids de la investigadora de mercado Yanhaas, hay una sincronización muy alta entre la influencia que los niños creen tener en la compra de algunos alimentos y la que efectivamente tienen de acuerdo con sus padres. Por ejemplo, en productos como galletas, cereales y bebidas, la recomendación infantil es alta. Y eso las empresas lo tienen muy claro y saben que deben cautivar por igual a niños y padres.
“De ahí que lanzan productos para la lonchera llamativos y con imágenes cercanas a ellos”, indica la firma. Y aclara que esos productos no siempre son los más recomendados para la buena alimentación infantil.
Aunque los nutricionistas aseguran que es importante la participación de los niños a la hora de comprar los productos que terminarán en sus loncheras, aconsejan que no sean ellos quienes tomen la decisión final de qué llevar o no. La razón: los niños no saben qué es nutritivo y qué no, qué es bueno o malo para su alimentación.
Más allá de todos estos argumentos, los expertos sugieren diferentes alternativas para lograr preparar una lonchera saludable, sabrosa y creativa a la vez.
Cocine con su hijo
El proceso para que la lonchera sea atractiva puede ser, incluso, una actividad en la que compartan padres e hijos. En el mercado hay muchas posibilidades: desde moldes para cortar los sándwiches en forma de estrellas o corazones, también para hacer bolitas de frutas como melones o sandías, hasta envases atractivos para empacar las bebidas.
Que el niño participe del proceso de elaboración de la lonchera –haciendo los muñecos con las frutas o verduras, por ejemplo– es positivo: el niño se sentirá orgulloso de lo que preparó y con más razón se lo comerá.
Tiendas saludables
Cerca de 20 instituciones educativas de Bogotá y Cundinamarca han venido adoptando proyectos pedagógicos que promueven hábitos saludables. La profesora Sara del Castillo, del programa de Nutrición y Alimentación Humana de la Universidad Nacional, dijo que se han desarrollado iniciativas novedosas que pretenden mejorar la calidad y la promoción de buenas prácticas.
Uno de los proyectos es la Tienda escolar saludable, con el que se busca que estudiantes y profesores tengan una oferta sana. Para esto, se llevó a cabo un proceso formativo para administradores, tenderos y personal relacionado con la tienda escolar, y también con estudiantes y docentes.
Lo que debe evitar
Alimentos industrializados o de bajo aporte nutricional, así como el alto consumo de carbohidratos simples o de rápida absorción como dulces, bombones y productos con mucho dulce. Comidas rápidas como hamburguesas, perros calientes y pizza, debido al alto aporte de grasa y sodio. También embutidos como salchichas, salchichón, mortadela y jamón, a causa del contenido de sodio y nitritos, que son perjudiciales en altas cantidades para la salud y el crecimiento de los niños.
Recetas creativas
Catalina Sánchez, especialista en Nutrición, bloguera y administradora de la cuenta de Instagram ‘La Cuchara de Cata’, recomienda algunas recetas creativas:
Agua saborizada con hojitas de menta, una astilla de canela, gotas de naranja o gotas de piña. Esto ayuda a que el niño se hidrate y disfrute su bebida.
Vegetales escondidos. Es frecuente el rechazo de los niños a los vegetales. Algunas ideas para solucionarlo es haciendo, por ejemplo, un sándwich con jamón, queso y espinada (esta última se tritura para que el niño no la reconozca), o también puede ser con pequeños pedazos de tomate.
Frutos secos y almendras saladas son una buena opción.
‘Smoothies’. Batidos a base de fresa, banano y arándonos, e incluso, un puñado de espinaca con una base de leche de almendras. Puede ser un rico componente de una lonchera no muy común. Se puede endulzar con miel.
Pizzeta o ‘wrap’. Cualquiera de las dos opciones es muy rica y puede ser muy nutritiva; además puede tener diversos ingredientes como pollo, jamón, queso, champiñones y alguna verdura.
Zanahorias pequeñas. Pueden ser una opción atractiva para los niños por su sabor dulce y pueden ser mejor si se les añade algo de humus.
Pinchos. Puede combinar, en un palillo, una fresa y un arándano. Pero cuidado con el palillo, debe quedar sin punta y enseñarle al niño a arrojarlo a la basura apenas termine.
Fuente: www.eltiempo.com