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Nuestra historia contada por su fundador

2019-06-11

Corría el año 2.000, por ese entonces trabajaba como gerente de ventas en Bogotá.  En mi recorrido por hospitales y clínicas en esa Bogotá metropolitana de 7 millones de habitantes, en medio del tráfico capitalino de una gran urbe, conocí y entendí que mis visitas deberían ser optimizadas en tiempo y resultados. 

Desde esa época empecé a visitar sin citas ni protocolos los departamentos de servicio y mantenimiento usualmente ubicados en los sótanos de los hospitales, para comprender desde la fuente la problemática, incluso los proyectos que obviamente me servirían después al contactar los directivos y responsables de la toma de decisiones.

Desde la anterior dinámica, con mi eterno maletín de vendedor, se empezó a gestar lo que hoy es INGENIERÍA HOSPITALARIA: la ingeniería desde el contexto del conocimiento, aplicada a las necesidades de una institución de salud. 

Hoy INGENIERÍA HOSPITALARIA y su reconocida marca “AMIGO CORAZÓN” nos acercan más y más al corazón del ser humano. Nos ponen aún frente a la comunidad para trabajar de la mano en los temas de prevención y seguridad. 

Hace poco, al salir de un ascensor en cualquier parte de la ciudad, me encontré de frente con AMIGO CORAZÓN y sentí un alivio, no solamente por ver nuestra marca sino también por encontrarme con que es vigía de la vida que se repite una y otra vez  

Hoy, casi cada ambulancia y cada servicio de emergencia, lleva uno de nuestros equipos, pero más que eso ese servicio lleva tecnología, AMOR y servicio: tres elementos que acompañan nuestra razón de ser. 

Felicitémonos hoy todos los miembros de este equipo, empezando por emprendedores como Manuela Gil y Nils Tober, guerreros anclados en este territorio de innovación. A ellos, quienes han decidido tomar por su mano la dirección y el rumbo de este barco, del cual no me quiero bajar. 

Las nuevas tecnologías llegan, los algoritmos invaden la salud, y ahí está de frente esta pequeña empresa, mirando al futuro para compartir un pedazo del mismo con nuestras comunidades, nuestro país y el mundo de ser necesario.

Quiero dejar un reconocimiento especial a Carolina Yepez. Además de Ingeniera brillante, dotada de esa ética y responsabilidad a toda prueba, Carolina merece mi aplauso por haberme acompañado desde el principio en esta tarea y en este proyecto de vida. 

A todo el equipo que nos acompaña, mil y una gracias por crecer junto a esta empresa, pequeña en su contexto físico, pero gigante en sus logros y poderosa en sus objetivos.