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Cardioprotección: Guerra declarada a las GRASAS TRANS

2014-01-30

cardioproteccion grasas trans“La grasa TRANS Es LA PEOR GRASA: aumenta el colesterol ‘malo’ (el LDL) y reduce el ‘bueno’ (el HDL). Es la combinación más nefasta para las arterias, el corazón y el resto del organismo” Valentín Fuster, director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC)

(Artículo elaborado con datos del reportaje del XL Semanal “Guerra declarada a las grasas trans“) y del libro “Mis recetas anticáncer” de la Dra Odile Fernández)

Se sabe desde hace años, pero es en la actualidad cuando la cruzada es mayor contra las trans, consideradas las “malísimas” de la familia de las grasas. La OMS cita una larga lista de estudios que relacionan el consumo de grasas trans -o grasas vegetales parcialmente hidrogenadas (como las llama la industria)- con un aumento del riesgo de infartos, ictus, infertilidad, endometriosis, cálculos biliares, alzhéimer, diabetes, obesidad y cánceres, y afirma que  «la erradicación de las trans puede ser una de las medidas más eficaces para combatir la mayoría de las enfermedades no transmisibles, de las cuales la cardiovascular es la más prevalente».

A pesar de que se conocen estas graves consecuencias desde hace décadas, hasta la fecha ha existido demasiada permisividad oficial y algunos expertos se preguntan porqué.

“¿Por qué se ha permitido seguir comercializando hasta hoy unas grasas que ya desde principios de los noventa estaban relacionadas con decenas de miles de ataques cardiacos y muertes prematuras al año, por no hablar de los miles de millones en costes sanitarios y laborales? (…) ¡Hace diez años, el 95% de las galletas, el 100% de las crackers y el 80% de la bollería contenían grasas trans! Y aunque su consumo se ha reducido mucho, nos ahorraríamos decenas de muertes prematuras al año solo eliminando las trans que aún perviven». Walter Willett, director del Departamento de Nutrición de Salud Pública de Harvard

¿Qué son las grasas trans y por qué son tan malas?
Las grasas trans no existen en la naturaleza, se producen en la industria alimentaria de manera artificial a raíz de los omega 6, al convertir aceites vegetales líquidos (de maíz, girasol o colza) en semisólidos calentándolos artificialmente e hidrogenándolos parcialmente. Con una consistencia similar a la mantequilla, esos aceites -antes líquidos- son más fáciles de manipular por la industria, añaden textura a los productos y hacen que duren más.

Estas grasas trans son difíciles de digerir y sobre todo, muy inflamatorias y dañinas para el cuerpo. Producen un incremeneto en la incidencia de cáncer, diabetes tipo 2, obesidad, infartos de miocardio y tromboembolismos.

Hasta los años 60 eran practicamente desconocidas en la dieta y crecieron a la par que los alimentos procesados.

¿Cómo se llaman?
Aunque la normativa exige indicar las grasas parcialmente hidrogenadas, hay productos procesados que siguen refiriéndose a ellas como ‘grasas o aceites vegetales‘, lo que lleva al comprador a pensar que el producto se hace con aceite de oliva o de girasol. Y no: está llevándose a casa un producto que pone en riesgo su salud.

¿Seguimos consumiendo grasas ‘trans’ sin saberlo?
Sí, en productos de bollería y pastelería (sobaos, magdalenas, palmeras y cruasanes); margarinas; en crackers, colines y galletas (desde las tostadas hasta las rellenas de chocolate); en pizzas y masas de pizza y hojaldre; en croquetas, empanadillas, patatas fritas y rebozados congelados; en palomitas, gusanitos y similares; en chuches y helados…
También aparecen en la leche de vaca porque los animales se alimentan de grasas trans que pasan a su leche y carne.
Los aceites usados en muchos restaurantes y hogares son refinados y ricos en grasas trans porque han sido manipulados a altas temperaturas.
La margarina es una grasa trans muy tóxica elaborada con una mezcla de girasol, soja y colza, lo que le convierte en un alimento muy inflamatorio. En países donde se cocina con margarina, como Israel, sus tasas de enfermedades cardiovasculares, infarto y obesidad son mayores que en otros donde se emplea la mantequilla, quienes presentan alta tasa de colesterol.

¿Cómo las podemos sustituir/eliminar?

  • Cocinando con aceite de oliva virgen extra de primera presión en frío y evitando las frituras.
  • Consumiendo ninguno o pocos productos elaborados y leyendo las etiquetas