Las personas que experimentan paro cardiaco repentino en gimnasios, tiene una mayor oportunidad de ser salvado gracias al masaje cardiorespiratorio y el acceso a los DEA’s (Desfibriladores Externos Automáticos) entre otros factores de acuerdo a un estudio publicado por el American College of Cardiology (Colegio Americano de Cardiología). Los hallazgos subrayan la importancia de los DEA’s y los espacios cardioprotegidos en lugares donde la gente se exige físicamente y están en gran riesgo de sufrir un paro cardiaco repentino.
Estudios previos muestran que el ejercitarse regularmente reduce ampliamente el riesgo de problemas cardiacos. Aunque, durante e inmediatamente después del ejercicio puede aumentar el riesgo de tener este problema. El hecho que los DEA’s han demostrado salvar vidas cuando es usado de manera oportuna, es comúnmente ubicado en lugares como gimnasios. Lo que es poco conocido, es la frecuencia con las que estos ataques suceden en lugares donde la gente comúnmente hacen otro tipo de actividad física, tales como: Boleras, discotecas y centros comunitarios, donde el uso del DEA es menos común.
El estudio se concentra en la frecuencia, tratamiento y efectos de los paros cardiacos repentinos en lugares tradicionales y no tradicionales donde se ejecuta actividad física.
Investigadores estudiaron a 849 ataques que ocurrieron en lugares públicos en Seattle y King County Washington (EEUU) de 1996 a 2008.
La ubicación de los paros cardiacos se categorizó si ocurrían en lugares tradicionales para ejercitarse (gimnasios o centros de acondicionamiento físicos), en lugares alternativos (boleras, lugares de trabajo, hoteles, discotecas) además de lugares donde no se practican actividades físicas exigentes (bancos, restaurantes, centros comerciales, aeropuertos).
En total, 52 paros cardiacos ocurrieron en lugares tradicionales donde se hace ejercicio, 84 en lugares no tradicionales y 713 en espacios donde NO se hace ejercicio. La tasa de supervivencia fue del 56%, 45% y 34% respectivamente. Donde se puedo acceder a información del momento del paro, en el 77% de los casos de paro ocurrieron durante el ejercicio, sólo el 18% ocurrió después del ejercicio y 4% antes del ejercicio.
Los investigadores también pudieron recoger información de que tipo de ejercicio realizaban las personas en el momento de sufrir el paro. La actividad más común era el baloncesto con el 20.5% de los casos. El baloncesto es usualmente practicado en lugares no tradicionales de ejercicio como en parques de barrios. Después de este deporte, los otros detonantes de paros fueron el baile y las pesas, ambos con el 11.6%, las máquinas trotadoras 8.9%, el tenis 6.3%, los bolos 5.4% y la natación con el 4.5%.
“Nuestros hallazgos deben fomentar la implementación de manera más amplia de la creación de espacios cardioprotegidos con la adquisición de un DEA, además de protocolos de respuesta ante los paro cardiacos repentinos en los lugares tradicionales donde se realiza ejercicio” dice el médico Richard L. Page, autor líder del estudio y director de la escuela de medicina y salud pública del departamento de medicina en la universidad de Wisconsin. “Además, estos estándares se deben extender a lugares no tradicionales donde se practica actividad física donde los paros pueden ser comparables a los lugares donde tradicionalmente se realizan ejercicios”
Este artículo está basado en materiales provistos por el Colegio Americano de Cardiología.