En una cosa coinciden médicos y pacientes: hay temor y desconocimiento. Los primeros no están preparados para ofrecer opciones de preservación de la fertilidad. Las segundas no saben que estas alternativas existen. Esa fue la reflexión de algunos especialistas durante el III Simposio de medicina reproductiva de Inser, realizado en Medellín la semana pasada.
Los avances de la medicina actual demuestran que ser madre después de sufrir un cáncer sí es posible, siempre que la remisión al infertólogo sea oportuna, pues es bien sabido que las mujeres que superan su enfermedad tienen menores índices de embarazo que el resto.
Mauricio Borrero, ginecólogo oncólogo, advierte que las sobrevivientes de todos los tipos de cáncer tienen un 60 por ciento de probabilidades de lograr un embarazo una vez finalizado el tratamiento, y “las de cáncer de mama solo un 30. Los mejores índices de embarazo los muestran las mujeres que han tenido cáncer de tiroides y melanoma”.
Fertilidad y diagnóstico
Dependiendo del tipo de tratamiento (radioterapia, quimioterapia o ambos), los tóxicos y las cantidades usadas, las pacientes pueden desarrollar insuficiencia ovárica, menopausia temprana o fibrosis en el útero, entre otras consecuencias que disminuyen las posibilidades de lograr un embarazo.
Al respecto, David Olive, especialista del Wisconsin Fertility Center, señala que la Sociedad Americana de Oncología Clínica indica que como parte de la terapia y de la asesoría, cuando se diagnostica una paciente con cáncer, está el ofrecer la alternativa del tratamiento de fertilidad lo más rápido posible.
“La fertilidad es importante para muchas mujeres con diagnóstico de cáncer. Unas terapias pueden usarse antes de los tratamientos para el cáncer, otras durante y algunas más después, algunas son estándar y otras están en etapas de investigación”, advierte Olive.
A la hora de pensar en embarazarse, los especialistas señalan que dos años después del tratamiento oncológico es el momento ideal para hacerlo, pues ese es el tiempo promedio de una posible recaída de las pacientes, aunque “no hay una literatura que apoye eso claramente, lo hacemos por prevención”, explica Borrero.
Entre las alternativas que ofrece hoy la medicina reproductiva están la criopreservación de embriones y de ovocitos. En este último, el éxito depende de la edad. La primera es también llamada congelación de embriones, es la opción más común y efectiva de preservar la fertilidad de la mujer. En este procedimiento se extraen óvulos de los ovarios de la mujer, se fertilizan con el esperma de su pareja o de un donante y finalmente los embriones resultantes se congelan y almacenan para su uso futuro.
En el caso de la criopreservación de ovocitos, la diferencia con la anterior es que los óvulos no son fertilizados.
Así queda claro que ese deseo de ser madre por causa del cáncer ya no debe abandonarse y mucho menos los médicos pueden negarse a ofrecer a sus pacientes la posibilidad de un embarazo futuro..
CONTEXTO DE LA NOTICIA
ANTECEDENTES: IMPACTO DE LA QUIMIO Y LA RADIOTERAPIA
Estos tratamientos pueden acabar con el número de óvulos, provocar menopausia temprana, una falla celular premautra, reducción de hormonas ováricas o fibrosis en el útero. Someterse a técnicas de preservación de fertilidad no afectará el pronóstico del cáncer, pero el tratamiento sí alteraría el proceso de embarazo en el futuro.
EN DEFINITIVA
La criopreservación es la alternativa que hoy ofrece la medicina para mantener la fertilidad. La oportunidad en la remisión, y saber cuándo hacerlo, son claves para tener en cuenta.
Fuente: www.elcolombiano.com