Según los expertos, la telemedicina apunta como una de las grandes innovaciones gracias a sus beneficios múltiples: facilita el acceso a los servicios de atención, incrementa la calidad asistencial y potencia la eficiencia de las políticas de salud. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) acaba de publicar un informe, con la colaboración de los Estudios de Salud de la UOC, que explica la manera de implantar con éxito los servicios de eSalud en entornos sanitarios.
La publicación del documento forma parte de la estrategia global de la eSalud (2014-2019) de la OPS para optimizar los servicios de salud de los países de América latina. Para este organismo de las Naciones Unidas, es prioritario el desarrollo sostenible y la mejora de la calidad de los sistemas sanitarios mediante el uso de las TIC, como aplicaciones de eSalud y de mSalut o salud móvil, la ampliación del alfabetismo digital y la capacitación de los profesionales sanitarios.
Es necesario un cambio. Sin embargo, Francesc Saigí, director del Programa de Telemedicina y uno de los autores de la publicación, explica que, a pesar de la voluntad política de aplicar las nuevas tecnologías en los procesos asistenciales. “No se trata sólo de tener en cuenta la dimensión tecnológica sino que se deben tener en cuenta también otras dimensiones como la organizativa, la educativa, la económica y la social”.
Contribuciones de la telemedicina
La reducción de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida afectan la factura sanitaria. Los grupos de población en edades maduras son cada vez más numerosos y esto hace que los recursos sanitarios se concentren en el último período de la vida y que crezca el gasto en prevención y en el tratamiento de las enfermedades crónicas.
La implantación de la telemedicina supone un cambio cultural no sólo para los profesionales de la salud, sino también para los propios pacientes. La asistencia remota permite la atención continuada del paciente crónico en su propio hogar y éste toma un rol activo en la gestión de su enfermedad.
Usos más comunes.
Desde la gestión administrativa, como la solicitud de pruebas analíticas o como la facturación de los servicios, a la formación a distancia de los profesionales de la salud, los usos de la salud digital son numerosos. Los sistemas de salud pueden introducir la comunicación electrónica en la evaluación e investigación colaborativa en red entre los diferentes médicos especialistas, así como utilizar las teleconsultas de seguimiento, diagnóstico o tratamiento, o bien reducir la duración de las estancias hospitalarias mediante los servicios de telemonitorización.
Fuente: www.opinionysalud.com